Quien no vió Sevilla, no vió maravilla.

Nacido en el macareno Hospital de las Cinco Llagas, criado en el Barrio del Tiro de Línea y vecino del Cerro del Águila; fiel amante de Sevilla y sus tradiciones. "Cofrade" por vocación, "Feriante" por adicción, "Rociero" por devoción y "Bético" por convicción.

jueves, 31 de diciembre de 2015

LEYENDA DE LEONOR DÁVALOS

Juan Alonso Pérez de Guzmán, hijo de Guzmán "el Bueno", fue uno de los defensores de Enrique de Trastámara frente al rey Pedro I. En 1367 se originaron unas revueltas en las que fue apresada Doña Urraca Ossorio de Lara, esposa del de Guzmán, siendo acusada como principal instigadora de la conspiración contra el rey. En el proceso subsiguiente fue condenada a muerte.

La ejecución se llevó a cabo en la Laguna de Ferias o de la Cañavería, lugar donde hoy se encuentra la Alameda de Hércules. Cuando se dio la orden de encender la pira, cuenta la leyenda que el aire caliente de la hoguera levantó la falda de la ajusticiada ante la mirada de la chusma que presenciaba la ejecución. Quedó desnuda ante la masa popular que con diversión acogió tal hecho. Sin embargo, todos quedaron mudos cuando una muchacha salió entre la multitud y se arrojó a la hoguera para tapar las vergüenzas de doña Urraca, pereciendo como es natural junto con la condenada.

Esa mujer se llamaba doña Leonor Dávalos, protegida o criada (según la fuente que se consulte) de doña Urraca y fiel a ella hasta la muerte. El gentío quedó mudo de asombro ante tal muestra de integridad y, cabizbajos, regresaron a sus quehaceres. En el lugar de la ejecución se colocó una cruz en cuya base aparecía una tinaja, lo que dio nombre a la calle que, a partir de entonces, se conoció como Cruz de la Tinaja. También Leonor Dávalos dio nombre a una calle cercana a la Alameda de Hércules.
Las cenizas de ambas mujeres fueron enterradas en un mismo sepulcro; ambas murieron juntas y, como no podía ser de otra manera, fueron enterradas juntas. En la iglesia gótica del Monasterio de San Isidoro del Campo, de la cercana localidad de Santiponce, construido a expensas de Guzmán el Bueno se encuentra dicho sepulcro, en cuya base reza la inscripción:
"AQUI REPOSAN LAS ZENIZAS DE DOÑA VRRACA OSSORIO DE LARA MVJER DE DON JVAN ALONSO PEREZ DE GVZMAN ILLMO SEÑOR DE SAN LVCAR. MVRIO QVEMADA EN LA ALAMEDA DE SEVILLA POR ORDEN DEL REY DON PEDRO EL CRVEL POR LE QVITAR LOS TESOROS E RIQVEZAS. TAMBIEN SE QVEMO CON ELLA PORQVE NO PELIGRASE SU HONESTIDAD LEONOR DAVALOS LEAL CRIADA SVIA. AÑO 1367".

domingo, 22 de noviembre de 2015

PENSANDO EN VOZ ALTA... #YoporSevillanas

Cuando la voz popular lanza al viento su inquietud, menester es escucharla
porque cuando el pueblo habla, es porque tiene razón
o porque tiene una pena que le está arañando el alma y lastima el corazón,
cuando ya no aguanta mas, es imposible callarla.
Tome nota Vuecencia de esta emotiva experiencia,
escuche a la población que no pide extravagancias,
que expone con elegancia su deseo de vivir en paz ,
de conservar las costumbres, que no falten las legumbres,
ni una hogaza de pan, convivir con armonía, buen ambiente y vecindad
y cuando la gente es feliz, lo que quiere es cantar,
como siempre se ha hecho aquí, con unas palmas a compás
con sentimiento, alegría y gentil saber estar.
Desde siglos hemos sido aldeanos receptores,
asimilando culturas, pensamientos,tradiciones
sea todo por nutrir el acervo popular.
sumando, sin detraer lo que está enraizado ya.
No nos quieran hacer ver blanco lo que es negro zaino,
la gente quiere beber vino, comer y pasarlo bien,
si alguien viene a nuestra casa, bienvenido sea pues
pero sin dañar lo mío, que con arte y señorío
nos podemos llevar bien.
No se pide un imposible, sólo un poco de atención
cuidar un folclore vivo, que es talante, idiosincrasia y
carácter de un pueblo sabio que con su legítima voz
gritó a los cuatro vientos ante la Giralda Soberana
cuando me tenga que expresar......
‪#‎YoporSevillanas‬

Autor: Mi amigo pañoletero, el poeta Paco Rodriguez....
Fotografías: Mi amigo Juanma Cortes.

sábado, 5 de septiembre de 2015

IN MEMORIAM...

Hoy me llamo mi buen amigo Carmelo para comunicármelo..., nunca quise ni pensarlo, aunque en el fondo lo presentía, el toro que te toco en el lote era berrendo, astifino y muy complicado en la briega, a pesar de ello confié siempre en tí y soñe, porque no, que tu talento artístico le hiciera un buen quite por chicuelinas, como las más grandes figuras del toreo, pero no ha podido ser amigo, éste toro iba a por tí, con mala saña, con mucha "mala leche".

Cuando el pasado viernes nos despedimos, te dije, con un apretón de manos, que la próxima vez te quería ver en La Pañoleta y tu me dijiste, con tu voz afónica y entrecortada, (quien te lo iba a ti a decir), que sería en el Soberao de La Puebla mejor... eso sabe Dios, que lo hubiera firmao allí mismo y en ese mismo momento...

No estaré triste porque te fuiste, me alegraré por cada mirada que me diste, por cada palabra que me hablaste, por cada verso que me cantastes y por tu imborrable recuerdo Faustino.

Amigo mío, siempre estarás con nosotros... tus amigos Pañoleteros no te olvidan, ni te olvidarán jamás, tu presencia y tu sitio, sabes, quedarán para siempre, como los viejos soleras en ese delicioso templo de las sevillanas, donde has derrochado tantos días de arte grande, entre nosotros...

Faustino, recibe un fuerte abrazo, allí donde estés. 

Descansa en paz, amigo...

domingo, 10 de mayo de 2015

"GARRAFA EN EL SOBERAO"

Yo calificaría de extraordinario el día que vivimos ayer, otra gran jornada para los anales, que hizo raya y sentó cátedra en la “Facultad de las sevillanas ribereñas”. El mítico "Soberao" en la Puebla del Río, nos sirvió de aula magna para éste esperado encuentro académico, allí pudimos reunir a los “jartibles” de La Pañoleta, fieles escuderos de la Dinastía Gaviño que moran en "El Templo de las sevillanas" y a otros buenos amigos aficionados, autores, artistas y por supuesto a "Los Maestros"... sin su presencia y sabiduría, no  hubiese sido posible impartir estas enseñanzas. 

Buena amalgama de personas que, cada día, nos sentimos más afines y próximos y que así debemos continuar por el bien de nuestro querido género, para clamar al cielo y anunciarle, de alguna manera, que nos sentimos unos locos enamoraos y soñadores de las sevillanas y que "aquí estamos", dispuestos a defender con uñas y dientes nuestro género, cuando y donde sea, cada cual aportando su granito de arena.

Clases extraordinarias, las impartidas por Miguel Zarza y Rafael Castañeda, otros dos maestros de la pluma que quisieron compartir éste día con nosotros en el que Faustino y Manolo Cabello, nos abrieron las puertas de “El Soberao” su legendario recinto de ensayo, lugar donde de sus paredes cuelgan recuerdos imborrables, memoria viva de otro tiempo, donde todavía rezuman sonidos y aires cigarreros de las prodigiosas gargantas de "Los Romeros de la Puebla".


Para terminar esta visión personal… le doy las gracias a “Marisma” por su “clase” como siempre, en todos los contextos… saber estar de dos fueras de serie, dentro y fuera de los escenarios, gracias por ofrecerme vuestra amistad, también le doy las gracias a Manuel Jesús Vizcaíno por querer acompañarnos en el día de ayer y por mostrarnos su basta sapiencia dentro de nuestro género, a Baldomero Gaviño por su implicación en éste evento y a todos vosotros amigos míos, especialmente a Felipe, promotor de éste gran día. 

Amigos Pañoleteros, gracias por ofrecerme vuestra amistad, nunca imagine que ésta nave que partió a navegar, hace ahora un año, llegue cada cierto tiempo a un puerto nuevo y parta de nuevo, viento en popa con la máxima ilusión, en busca de nuevas rutas y vericuetos de nuestro cante más señero. Éste mes de Mayo, se cumplirá un año… que unos locos soñadores, soñando ser ruiseñores, echaron su alma a volar…

domingo, 12 de abril de 2015

TANTOS SIGLOS CALLADOS...

Tantos siglos callados y hasta hicieron hablar al Silencio... ¿Que es lo que ocurre?... ¿Que nos hemos perdido los sevillanos de mi generación?... ¿Es cuestión de falta de fe?... ¿De poca educación?... ¿De poco respeto por las tradiciones?... ¿Quien tiene culpa de las dichosas carreras descontroladas?... ¿El ayuntamiento?... ¿Las hermandades?... ¿Los sevillanos?... ¿El alcohol?... ¿Quien intenta cargarse la madrugá?... ¿Que hemos hecho mal los sevillanos, que hasta hemos hecho hablar al Silencio?...

Lo cierto es que los sucesos vividos esta pasada Madrugá alrededor de las 4 y media, esos gritos y esas avalanchas, nos vuelven a meter otra vez, el miedo en el cuerpo, o mejor dicho, brotó de nuevo ese miedo, que creo, nunca salió de allí y ha convivido con nosotros, casi sin darnos cuenta. Los que vivímos in situ, aquella maldita madrugada del año 2000 y otros brotes en 2005, hemos notado el despertar de la bestia, de esa fiera que llevámos dormida dentro y volvimos a escuchar ese suelo temblar, esos gritos y esas escenas de pánico de la masa descontrolada, que afortunadamente, no fueron a más, gracias a la serenidad y la templanza de la mayoría de los ciudadanos que allí se encontraban, aunque la procesión se llevara por dentro.

Que distintas eran aquellas Semanas Santas, donde mi padre me enseñaba, el magisterio cofrade que todo sevillano, creo debería saber, llevándome de la mano, correteando cada rincón de la ciudad para ver esta o aquella cofradía, recuerdo perfectamente una madrugada de hace casi 40 años que apostado en la calle San Vicente, esperábamos al Señor del Gran Poder venir de vuelta a su templo, Teniendo al paso muy cerca ya, a pocos metros, le quise decir algo a mi padre en tono bajo y las personas que estaban alrededor, me miraron y me sisearon para que callara, hoy tengo 47 años y lo recuerdo como si hubiese ocurrido ayer, que lección más bonita que aprendí, desde aquel día, no se me ocurrió jamás hablar delante de Él. Esa lección magistral, que jamás olvidaré, no la recibí de mi padre, sino de los sevillanos, aquellos sevillanos que siempre he respetado enormemente, aquellos sevillanos con valores por y para la sociedad.

Cuando se comparan las épocas, algunos dicen que antes también había tumultos y borrachos, y yo les digo: amigo, antes había tumultos indudablemente, pero de muy distinta forma que ahora, antes no se dejaba una calle arrasada con cirios rotos y cruces de penitentes partidas. En el ambiente de aquellos años, se percibía ese respeto por las tradiciones más íntimas, más sevillanas, ese respeto que se ha esfumado poco a poco, con el paso de los años, como por arte de magia y que hoy en día prácticamente, no nos queda nada  si no que se lo pregunten a los nazarenos de la Primitiva, que llegaron al atrio de San Antonio Abad con las caras descompuestas, la cosa no era para menos.

"La madrugá se ha convertido de la noche a la mañana en una nochevieja con pasos en la calle", así han tildado muy oportunamente los medios a la noche más bella de Sevilla, que pena, no quiero ser pesimista ni agorero, pero muy mal veo yo a nuestra Semana Santa, tal y como la vivímos ahora mismo y sobretodo, la "madrugá", el día con diferencia más vulnerable dentro de ella, La Semana Santa como la tenemos diseñada, tiene los días contados. Algo habrá que hacer, no podemos cruzarnos de brazos, hay que dar un golpe encima de la mesa y poner una solución por la vía rápida, A lo largo de los siglos, la Semana Santa ha sufrido de muchísimos cambios, cambios que se han llegado a aceptar porque la vida cambia y el progreso está continuamente llamando al martillo para hacer otra levantá, me viene ahora a la memoria, los golpes de pecho de muchos cofrades, el día que vieron a una mujer con el hábito nazareno puesto, cosa que hoy, tras muy pocos años de ello, se ve con total normalidad.

Pues estas soluciones tienen que llegar, hay que abrirle la puerta a nuevas ideas, remando todos a la vez y en la misma dirección, que el Consejo General de Cofradía de Sevilla, diga públicamente, que no conocieron la noticia de los sucesos de la madrugada, hasta el mismo Sábado Santo, da una ligera idea, de que existe una incompatibilidad de carácteres, por decir algo, entre la altas capas de la jerarquía de las Cofradías de Sevilla y las propias hermandades o el hecho que las autoridades municipales califiquen el incidente de la madrugá de pura anécdota, me parece algo insostenible y de poca responsabilidad por parte del Ayuntamiento de la ciudad.

Señores, por favor, ruego hagan un análisis, un simple examen de conciencia y tomen cartas en el asunto de una vez por todas, los sevillanos no podemos vivir una madrugada más, con esa inseguridad que se vive últimamente en las calles, cualquier día ocurrirá una desgracia y luego todos lo lamentaremos  ... y otro día hablaré de las sillitas plegables...

domingo, 22 de febrero de 2015

RECETARIO SEVILLANO - "ESPINACAS CON GARBANZOS"

Narraban las crónicas medievales que cuando los cristianos del norte llegaron a Al-Andalus no soportaban el olor a aceite, ajos y especias que destilaba la cocina andalusí, mixtura cultural judía y árabe. 
La cocina especiada era fundamental en un clima con temperaturas altas que hacía difícil la conservación de las carnes, pescados y hasta de las verduras; de ahí que una parte de nuestras recetas tradicionales, vayan tan condimentadas. Bien pronto, los cristianos del sur, descendientes de aquellos conquistadores, se aficionaron a esos sabores fuertes y que hoy son imprescindibles en nuestras despensas. Nada voy a decir del aceite de oliva, que es ya casi universal.

Hoy os traigo hasta éste recetario un plato, como no,  típicamente sevillano, aunque de origen incierto. Las espinacas con garbanzos.
Las primeras noticias sobre su existencia, procede de antiguos recetarios andalusíes que han llegado hasta nuestros días. La combinación de verduras, legumbres y pan lo caracterizan como plato nutritivo y barato. Este plato muy típico en cuaresma, aunque se puede degustar en cualquier bar durante todo el año, es una de las más famosas tapas sevillanas, es un plato tradicional que nunca debería de perderse, tiene un gusto estupendo y además, es muy nutritivo.  En Sevilla existen algunos locales donde éste plato está reconocido como un verdadero manjar de Dioses, como en El Rinconcillo o en La Pajarita.
Si no es época de espinacas, se puede elaborar con espinaca congelada o con acelgas, verdura menos fina que la espinaca, pero su sabor no variará mucho.

Ésta es la receta tradicional:

Ingredientes para 4 personas:
3 manojos de espinacas
200 grs. de garbanzos cocidos
Aceite de oliva
1 cucharada de pimentón de la Vera
3 dientes de ajos
Pan, 4 o 5 rebanadas de pan de bollo.
1 cucharadita de comino en grano
1 guindilla
Vinagre de vino
Caldo de la cocción de los garbanzos.
Sal

1.- Cocemos los garbanzos (pimiento, cebolla, ajo, laurel) con un poco de sal, hasta que queden tiernos y reservamos parte del caldo de la cocción.

2.- Lavamos las espinacas muy bien, las cortamos y se ponen a cocer en una cacerola con un poco de sal, unos 8 minutos, una vez cocidas las espinacas las escurrimos lo mejor posible y las reservamos.

3.- En una sartén con aceite de oliva, freímos 3 dientes de ajos laminados y 4 o 5 rebanadas de pan y reservamos ambos ingredientes.

4- En el mortero majamos una cucharadita de comino en grano, el pan y los ajos fritos. Llenamos casi a la mitad el mortero con caldo de la cocción de los garbanzos, un poco de vinagre al gusto y dos cucharadas de salsa de tomate.

5.- Ponemos otra vez la cacerola, con un poco de aceite de oliva en el fondo y añadimos con el aceite templado una cucharada de pimentón de la Vera, para que no se queme, a continuación agregamos las espinacas bien escurridas, los garbanzos cocidos y y el majado, mezclando bien todo el conjunto.

6.- Rectificamos de sal, pimienta y vinagre y dejamos rehogamos unos minutos con una guindilla, siempre visible para luego retirarla, hasta que espese.

7.- Emplatamos......y  lo presentamos junto a unas rebanadas de pan frito y regado con un Privilegio del Condado.

domingo, 11 de enero de 2015

A LA MEMORIA DE UN NAZARENO

Hay una cofradía anual concebida con el tiralíneas de los siglos, inquebrantable a modas, ocurrencias o fórmulas de diseño. Una cofradía que dura un llanto de bebé, una hermosa creación que apenas besa el alba y que la noche envuelve con el celofán de los sueños. Hay una cofradía de madera y plata, cordón y llave, cuerpos erguidos, ángeles risueños en una esbelta playa de oro con espuma de lirios, orgullo de Nazareno de cuello alto y ojos grandes y canalones de cera blanca que anteceden a una catedral con destellos venecianos. Hay una cofradía real que se aproxima como ninguna a la soñada, una cofradía de doble genuflexión ante el Monumento, una cofradía veloz en sus andares como el tímido que prefiere pasar desapercibido, como la mano derecha ignorante de las obras de la izquierda, como el joven que llega tarde a su primera cita, como niños que acuden raudos a la voz firme de su madre. 

Y hay otra cofradía sin más música de capilla que las pisadas cotidianas en el mármol, una cofradía de oraciones musitadas, de mediodías y tardes de sentarse con Dios en la mesa-camilla de su hornacina, de hablar sin decir nada porque todo ya se sabe y no hay más que cumplir con el deber de comparecencia. Hay una cofradía de primitivos nazarenos cuyos tramos se forman a diario, nazarenos sin antifaz fieles a su hermosa cita en una capilla en días de tiempo ordinario, sin grandes altares, sin colgaduras de damasco, sin ramos cónicos, sin voces de coro ni dalmáticas con ciriales. Nazarenos que acuden en soledad, levantan el esterón de cuero, se santigüan, se arrodillan ante el Santísimo y ocupan su lugar en un banco con disciplina ritual. 

Los he visto cientos de veces al caer la mañana o antes de la misa de tarde. Sus apellidos son la nómina de esa otra cofradía a la que sólo pasa lista el transcurrir de los días. No precisan de túnica de ruán para ser ni para sentirse nazarenos, como no requiere el torero del traje de luces para ser reconocido. Las hechuras, los andares y el vestir delatan al maestro como el silencio, los gestos medidos, la sobriedad, el saludo con una leve inclinación de cabeza y la capacidad de abstraerse del exterior cuando se está frente a Dios muestran al auténtico nazareno de esta otra cofradía, con la misma soltura que se distingue a los nazarenos de la Madrugada sevillana por la cola o el calzado. Estos otros nazarenos nunca dejan al Señor, ni en las tardes de agosto, zumbido de ventiladores y frescor umbrío de templo; ni el viernes de Feria, cuando el rezo del ejercicio de las Cinco Llagas los convierte en monjes de clausura que oran cuando el resto de la ciudad canta, bebe y baila; ni en las últimas horas del año, flores de pascua a los pies del Niño que simbolizan el cortejo litúrgico que cierra el calendario. 

No hay que vocear los nombres de esta otra cofradía de primitivos nazarenos de la vida cotidiana. Los he visto llegar en autobús procedentes de los barrios, en el 12 y 23 desde el Nervión de los años 80; a pie desde la Puerta Osario a la velocidad pausada de los años de la jubilación o en un alto en las prisas laborales para recibir esa bocanada de aire quieto de una capilla en la que siempre están los ángeles cerifarios como pajes de guardia, anunciando con el fuego de su cera que el Nazareno mantiene alto su orgullo. 

Estos nazarenos no salen para ser vistos. Los vemos porque salen. Los vimos porque fuimos jóvenes en horas de casa de hermandad y sacristía. No necesitan de fervorines para cumplir con el hermoso rito de acudir al acudidero. Ellos constituyen el mejor fervorín con su testimonio de fidelidad cotidiana, el más auténtico y el más natural. Se sientan a mirar a Dios en el banco de la serenidad de los años, saben ese lugar exacto y privilegiado donde se aprecia la mirada del Dulce Nazareno, los ojos almendrados de la Virgen y los destellos de plata de la cruz. Y vuelven sobre sus pasos a seguir cargando con la cruz de sus días. He visto esa cofradía en tardes de Tantum Ergo y Dios alzado entre latines recitados. Y nos ha bastado una mirada, una leve inclinación de cabeza, para sentir lo mismo. Son los nazarenos de esa otra cofradía, esos viejos nazarenos de San Antonio Abad, lamparillas de guardia que alumbran la adoración perpetua de ese Dios dulce y orgulloso al mismo tiempo. Gloria para esos nazarenos cotidianos que se echan a morir en el agosto carente de lirios y azahar, pero con el agua fresca vivificadora de los búcaros de San Antonio Abad. Dios los va llamando en su atrio y ellos en su sobriedad responden con una sola palabra: ¡Está!

PUBLICADO POR "EL FISCAL" EL 17 DE AGOSTO DE 2014 EN DIARIO DE SEVILLA.