Quien no vió Sevilla, no vió maravilla.

Nacido en el macareno Hospital de las Cinco Llagas, criado en el Barrio del Tiro de Línea y vecino del Cerro del Águila; fiel amante de Sevilla y sus tradiciones. "Cofrade" por vocación, "Feriante" por adicción, "Rociero" por devoción y "Bético" por convicción.

lunes, 27 de abril de 2009

Siete días en la "Gloria".




Llegó el ansiado Lunes de Alumbrao y los sevillanos nos disponemos a vivir un año más, nuestra magnífica Feria de Abril; espero que como todos dicen, nos respete la lluvia, para que no se pueda deslucir un ápice y podamos vivir en todo su esplendor, una semana donde la explosión de color y la belleza desmedida de tal evento, nos llevará hasta las mismas puertas de la "Gloria".

!! A la Gloria Sevillanos, a la Gloria, y a la Feria...

domingo, 19 de abril de 2009

La Liturgia de la Tapa.

CASA PALACIOS

C/ Porvenir, 4
SEVILLA.

El desgaste, un pulido perfecto de los escalones metálicos de la entrada del bar o de la barra reposa-pies, ya indican la antiguedad y popularidad de un establecimiento "clásico" como el que más. Casa Palacios, comercio de alimentación -ultramarinos finos- y bar desde 1926 año en que un soriano llamado D. Blas Palacios, ya con experiencia en el sector, lo abre en el coqueto barrio de Porvenir, en lo que en tres años sería el meollo de la Exposición del 29 que tanto significó para Sevilla.
Y sorianos siguieron regentando el negocio, ya en 1948, D. Juan Palacios Pérez y D. Severo Palacios Pérez, aunque ya todos fueran innegablemente sevillanos (D. Juan tenía el carnet Nº 7 del Betis y la esposa de D. Blas Palacios tuvo el Nº 1 del Sevilla).
En 1983, recoge el testigo D. Juan Manuel Pérez Fernandez, que sigue cada día dispensando experiencia y saber hacer profesional, si bien el gerente actual es ya su hijo D. Juan Manuel Pérez Escobar, convencido continuador de un negocio con arraigo y solera. Basta ver la madera de caoba antigua del mostrador y las estanterias del bar, el curioso reloj de madera del bar, con letras en vez de números que forman el nombre del fundador, la impecable barra, los ganchos de cuando fué carniceria por los años veinte, el espejo de una conocida mantequilla del norte... Y además, Casa Palacios fué en otros tiempos, ya felizmente pasados, la segunda tienda en Sevilla en cartillas de racionamiento con el Nº 388 (por detrás de Casa Marciano en calle Puente y Pellón).
Todo en Casa Palacio tiene un sabor extraordinario. Degustar una ración de jamón cortado en finísimas lonchas servido en el papel es una experiencia única. El jamón de Casa Palacios sigue siendo, a pesar de la proliferación de establecimientos que hay en Sevilla donde se sirve el jamón de Huelva, un autentico placer. Acompañar ese jamón con un tinto valdepeñas, puede convertirse en un autentico deleite.
Se cuenta una anécdota que al margen de su veracidad, indica a las claras esa bien ganada fama de extraordinario jamón que se expendía en Casa Palacios. La madre del Rey Alfonso XII, Isabel II, cuando se trasladaba con la Corte a Sevilla solicitaba expresamente que el Jamón se le suministrara exclusivamente de Casa Palacios. Tres jamones hubo de abrir en una ocasión su propietario para satisfacer el deseo de la Reina.
Padre e hijo antiguo y actual gerente, presumen con buen humor de unaa larga trayectoria marcada por laa formalidad y honestidad que han situado a esta casa entre los establecimientos más genuínos en Sevilla.

domingo, 12 de abril de 2009

Epílogo.

Como dijo el poeta...
Llegó como llega siempre y Sevilla la esperaba y se fué sin que Sevilla quisiera que se marchara...
Hoy, Dios ha resucitado en la calle San Luís; con el palio de la Virgen de la Aurora, nace la nostalgia y la sensación de que el último aliento cofrade se escapa camino de Santa Marina, para poner el epilogo a una semana de emociones y estampas para el recuerdo.
Se acabó el tiempo de Cuaresma, Semana Santa esplendorosamente vivída, finalizó el tiempo del gozo, el sueño esta cumplido, atrás quedaron los sones de los tambores retumbando en nuestros oídos, la algarabía infantil del Domingo de Ramos, las nubes de incienso avainillado, el entusiasmo de un barrio echado a la calle, la sobriedad de un muñidor por Doña María Coronel, el crepitar del ruan negro, las campanas de duelo por San Andrés, la saeta desgarradora, la chicotá perfecta, ...
Se escapó la semana afortunadamente sin una gota de lluvia, pero si que hemos visto numerosas precipitaciones en forma de pétalos con la que el pueblo ha ofrendado a sus Virgenes desde la Macarena a Triana, desde El Cerro a San Bernardo o desde El Tiro de Linea a "La Calza".
Comienza el trabajo de nuevo en las priostías, los cofrades se reuniran por las tardes-noches para llevar a cabo la limpieza de candelerías, desmontaje de pasos y "mudas" de las parihuelas a los almacenes, rememorando esos mágicos momentos vivídos que tenemos tan cercanos.
Gracias a Dios, el 28 de marzo de 2010 será otra vez Domingo de Ramos, aunque en este rinconcito eterno, siempre será Primavera y Semana Santa.

martes, 7 de abril de 2009

Anecdotario cofrade sevillano.

Madrugada del Viernes Santo. En la esquina de la Campana se adivina el palio de La Macarena por el resplandor que irradian los cien cirios de su candelería. Manolito Zamora, diputado mayor de gobierno en una popularísima cofradía sevillana, se acerca a los nazarenos que, con varas, acompañan al que porta el estandarte, y le dice a uno de ellos, descalzo para más señas:
-Hermano, vamos a dejarnos "ir" un poquito que aquí le canta el Pinto a la virgen una saeta maravillosa.
El nazareno le contesta: este año no le canta.
-¡Me lo va a decir Usted a mi, -argulle con énfasis Manolito- que se la escucho aquí todos los años.
Pues yo le aseguro a Usted que este año no le canta -vuelve a decirle el nazareno.
¿Tan seguro esta Usted? ¿Es que se lo ha dicho él?
-No, no me lo a dicho, pero estoy seguro que no le canta, porque el Pinto...soy yo.


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Un hermano de la Exaltación, tenía un grandísimo interés en pedir la venia durante la estación de penitencia, de su hermandad.
El encargado de ello, no encontraba ya argumentos para disuadirlo de tal idea, por el temor de que no cumpliese debidamente su cometido, pues no era, muy allá que digamos, en cuanto a facilidad de expresión.
Llegada la cofradia al palquillo de la Campana, el citado hermano volvió con la misma cantinela, y el mayordomo consiguió disuadirlo con el pretexto que lo haría en la Plaza de San Francisco o a la entrada de la Catedral, y allí fué donde ya no pudo quitárselo de su lado, pues antes que la Cruz de guía, ya estaba nuestro solicitante en la puerta de la Catedral.
Que sea lo que Dios quiera dijo el Mayordomo, y lo dejó:
Acercandose al Canónigo de la entrada, surgió el primer susto, consistiendo éste en que al inclinar la cabeza y elevarla nuevamente, para el debido saludo, casi le salta un ojo al Sr. Canónigo.
Un tanto nervioso, comenzo: "...la Hermandad de la Exaltación solicita la venia..."
como la voz no sonaba clara bajo el antifaz, pregunto el Canónigo, ¿Que hermandad dice Usted?
"...la Hermandad de la Exaltación pide la venia..."
Tampoco se enteró ahora el religioso que estaba un poquito "teniente" y nuevamente pidió aclaración.
Y nuestro hombre, creyendo que por el titulo que daba no la conocía, creyó que así se aclararía todo:
-¡QUE SI PUEDEN PASAR LOS CABALLOS!
Y el Canónigo, rápidamente exclamó:
-Los caballos por la Catedral no, que den la vuelta y esperen a la cofradia fuera.